sábado, noviembre 24, 2007

Regalos

A veces, la vida nos entrega regalos que solo el Universo sabe como ofrecernos...

La distancia

La cruel distancia,
sabia amiga,
despierta mis sentidos
y abre mis ojos al ayer.
Mi piel se estremece
por los errores pasados;
las tardes frías
y la distancia entre los dos.
Anhelo tu entrega,
tu profundo deseo,
las noches de amor
en que éramos uno
y el tiempo no existía,
y todo era amor.



Tu mirada

Mi alma reconoció la tuya
cuando te vi por primera vez.
La dulzura de tu mirada,
tu desnuda cintura,
el roce de tu piel,
despertaron al amante
que buscaba sin cesar
entregar sin medida
lo mas profundo de su Ser.
Encendiste mi deseo con tu piel,
te entregaste toda a este querer.
Sin medida,
sin peros,
sin porques.
Los sueños se hicieron realidad,
el amor lo llenaba todo
y la dulzura de tu mirada
se encendía con mis besos,
mis caricias,
mi querer.
Que fue de aquellos días,
que queda de nuestro querer.
No hay espacio que no llenes,
no hay hueco de mi Ser,
que anhele encender de nuevo
la dulzura de tu mirada, otra vez.



Renacer

Me hacia falta regresar al comienzo,
remontar a solas como mariposa,
y regalarte mis alas,
con el vuelo del mañana.
Me hacia falta respirar
tu ausencia,
que marca tu constante
presencia,
en cada gesto de mi silencio.
Si me dejaras rozar,
con la yema de mis dedos
las puntas de tus sueños,
y quitarte la fila de alfileres,
que duelen al amor...
lamería las heridas
de mi querer.
Recuerdo que hoy amanecí,
con esta hambre de vida,
con esta ausencia de ti.
Si me dejaras inventar amaneceres...
nacerían siempre llenándome de ti.

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