Tu nombre

Perdí las letras de tu nombre
la tarde, que me prohibiste pronunciarlo.
al sentir que era un nombre usado,
viejo,
que enturbia tu alma
porque a otros acompaña.
Pero tu nombre,
tras sus letras encierra
las maravillas del mar azul
que nos cortejaba aquella noche de amor,
entre rocas,
exhalando placer por cada poro existente
en nuestras pieles.
Encierra las ilusiones compartidas,
miedosas de un futuro inseguro,
rebosantes de temores y dudas,
envueltas en caricias camufladas
en los días cotidianos.
Invita, a una noche contigo
gimiéndote,
amándonos hasta el amanecer
muriendo exhaustos de amor.
Te elogia,
como único ser que rozo mi alma
cuan mas tosca era,
arisca a sí misma,
vulnerable al dolor.
Tu nombre,
privilegiado de la entrega total,
cuerpo, mente y alma.
cada instante que pasa,
llenando los días de felicidad.
Ese nombre,
maldito para algunos,
bendito para otros,
me embriaga porque eres tú

Ayer

Recuerdo con anhelo
la pasión de tus primeros besos
incansables,
que recorrían el valle de mis pechos
buscando el infinito de mis caderas.
Recuerdo,
los susurros al oídos
de la poesía de tu boca,
jugosas palabras
sabrosas a mieles de amor.
Recuerdo,
los sueños invadiendo la realidad,
cegándonos de los miedos,
de las verdades,
del pasado...
Recuerdo,
el ardor de tu piel
cubriendo mi cuerpo,
arropándome de la dureza de mi ser.
No quiero recordar,
me duele la ilusión de tu amor,
quiero vivirte,
amarte,
entregarte lo que soy,
con las cicatrices de mi inmadurez,
y la sabiduría de mi dolor.
Abrirme a ti,
y cobijarme en tus brazos
sin el sufrimiento
de tus pensamientos,
confusos,
envenenando el amor

Inocencia

Si el tiempo volviese
y los años que perdí
en las fisuras de la confusión
me fuesen de nuevo regalados;
si se me permitiese
entregarte los días que se me escaparon
entre los dedos,
y entendieses que ni yo los sentí;
si pudiera llevar la vista atrás,
y dejarla quieta
en los primeros besos
que regalaste a mi cuerpo;
abrazaría la inocencia
que envolvía nuestro amor,
y jamás le dejaría escapar,
susurrándole al oído
las delicias que le esperan
como compañera de nuestro amor

Encuentro

Los vientos perdidos,
que recorrieron mis años,
malditos villanos
que marcaron heridas,
dejaron secuelas
despertando aquella que fue niña,
mujer mundana, madre afligida.
Ahora,
encontré el camino,
el sendero marcado
por las estrellas del firmamento,
son mis amores,
la luz que me guía,
y aunque dudas invadan
a veces esta dicha,
mi alma rebosa
sin palabra escrita.
Ya se a donde voy,
y quienes son mis compañeros,
solo rezo por los pecados
que en mi pasado dejo,
manchando mi alma,
como fiel reflejo
de lo perdida que anduve
cuando no sabia de mí.