lunes, octubre 29, 2007

Tu enigma...





















Con lágrimas
puedo hablarte,
gritarte a los vientos
que aún te amo,
que me amarga,
la desdicha del desencuentro
de las tardes pasadas
en los años que dejamos de tener.
Que de sueños vivo,
y tú, me enseñaste,
que en mi mundo,
aún perdido,
soñaba con otros amores más profundos.
Y una noche,
tú, me los mostraste;
rozaste mi alma
con los suspiros de un anhelo
a amor prohibido,
inexistente, sublime.
Hoy, miénteme,
mi pecado,
dime que aún me amas,
que mi vida, el sentido te reclama,
que tus noches, son eternas sin mis dias;
que me lloras, cuando el tiempo nos separa;
mi amor,
mienteme,
dime que soy tu inspiracion,
que me sientes como parte tuya,
que sigo siendo tu princesa,
en las noches que tus brazos rodean
mis susurros mudos de dolor;
mienteme,
dime que la lluvia te recuerda a mí,
a mi cuerpo,
a aquella tarde,
en la que todo creamos,
con el misterio del mañana,
el cruel hoy,
que me amarga el alma,
y me mata en silencio,
a la espera del despues.
Mi amor, miénteme
dime,
que aún entiendes el enigma
de mis ojos tristes...

jueves, octubre 25, 2007

Anhelo tus martes
















Solo,
tu cuerpo desnudo
sin nada más,
cubriendo los surcos de mis pies
marcados por los senderos
andados en las tardes grises
de las soledades.
Solo,
acariciando mi cuerpo,
las espirales de tus pestañas,
cubriendo los paladares de mi boca,
las mieles del pecado del ayer.
Ahora, donde las ilusiones
perdieron la inocencia,
y las tardes ideales
cerraron los sueños prohibidos;
donde las miradas se perdieron
en las ilusiones soñadas,
y las caricias quedaron en recuerdos,
donde la esperanza del regreso
permanece a tu acecho,
solo me perdona
la memoria de los sueños,
en los martes de tu cuerpo.

miércoles, octubre 10, 2007

Sueños con sabor a ti



Donde terminan mis amapolas
florecidas por el encanto
de las noches prohibidas
en tus brazos;
donde los sueños
tienen sabor a ti
y mis paladares
sucumben mis entrañas
con el sabor de tus besos;
donde tus dedos,
recorren los sinfines de mi cuerpo,
armonizando los desperfectos
de años perdidos en el recuerdo;
donde las tardes saben a miel
y las mieles me saben a ti,
jugosas, como tus besos,
cuando recorren mis secretos...
donde las palabras caen
en los limites de las profundidades,
y las almas se acarician,
danzando entre aguas...
me envuelvo entre tus sabanas
y me rozas el alma.