jueves, octubre 25, 2007

Anhelo tus martes
















Solo,
tu cuerpo desnudo
sin nada más,
cubriendo los surcos de mis pies
marcados por los senderos
andados en las tardes grises
de las soledades.
Solo,
acariciando mi cuerpo,
las espirales de tus pestañas,
cubriendo los paladares de mi boca,
las mieles del pecado del ayer.
Ahora, donde las ilusiones
perdieron la inocencia,
y las tardes ideales
cerraron los sueños prohibidos;
donde las miradas se perdieron
en las ilusiones soñadas,
y las caricias quedaron en recuerdos,
donde la esperanza del regreso
permanece a tu acecho,
solo me perdona
la memoria de los sueños,
en los martes de tu cuerpo.

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