viernes, septiembre 21, 2007

Sueños

Donde la línea de mi horizonte,
señaló el final de mi ser;
donde se cayeron los años perdidos,
encontrando el ahora,
donde,
los besos se confunden con el aire
pues rebosan por todas partes,
y los abrazos son eternos
como los sueños de antes;
allí,
donde las palabras no son mudas,
pues cantamos los paladares de la vida;
donde no se sufre,
pues nunca hubo herida;
allí,
sentado en lo más infinito,
esperándome,
anduviste tú,
como truhán de almas perdidas,
compañero de tardes marchitas,
creador de mis sueños,
inspiración de la palabra escrita.
Y ahora,
que tu rostro asoma mi mirada,
y tu pelo,
acaricia las llagas del recuerdo,
las dudas invaden tu alma,
por la historia nunca pasada...

1 comentario:

Anónimo dijo...

La esperanza de un futuro no debe apagarse por el pasado.
Las promesas de amor que tanto se anhelan y que parecen llegar al final de camino, no pueden desvanecerse por lo que pudo haber sido y no fue.
Llegar al final del arco-iris y encontrar tu tesoro particular, esa tiene que ser tu meta (ojalá que sea acompañada de tu alma gemela).